Como en
Medianoche en París, el libro nos lleva al pasado, donde encontramos, llenos de
vida, muy humanos, muy apasionados, a Lorca, a Neruda, a Borges, a Benavente, a
Picasso, a Horacio Quiroga, a Dalí, a Chaplin… Y, siempre en la foto, con cada
uno de ellos, a un escritor que desconocíamos, alguien que se parece mucho, no
al personaje principal de la película de Woody Allen, sino al Ed Wood de Tim
Burton.
Santiago
Roncagliolo recupera para la historia los fracasos, los desplantes que sufrió,
las críticas terribles a sus obras (dramas, poemas, cuentos, novelas, guiones) y
el placer denodado de proseguir pese a todo, de Enrique Amorim, al que nada le
salía bien, a quien los que lo apoyaban inicialmente terminaban dándole la
espalda, pero que seguía emprendiendo siempre nuevas cosas, hasta el fin de sus días, con mucho
entusiasmo y con mucho ánimo juvenil.
Portada de la editorial Alcalá. La que tengo de Alfaguara tiene la misma foto en la carátula (me llama la atención no haber encontrado nada en internet sobre la edición de Alfaguara) |
Que Amorim es homosexual nos lo informa el título del libro, la foto de la portada en la que aparece con Lorca y el llamado marketero de la contratapa: “¿Robó el cadáver de Federico García Lorca su amante Enrique Amorim?...”, “…Enrique Amorim: millonario y comunista, homosexual y casado”. En mi caso, la homosexualidad vende: Compré el libro (una copia pirata que me encontré en Chiclayo, de una edición tan descuidada de Alfaguara, 2012, que me parece increíble que hayan editado algo así, sospecho incluso que los piratas la han tipeado en su integridad) curioso por saber cómo era eso del amante meridional del poeta español.
No hay tanto al respecto sin embargo, solo las historias del mismo Amorim que insinúan ese afecto. Y para probar su homosexualismo, Roncagliolo solo encuentra las cartas inflamadas que el premio Nobel Jacinto Benavente le dirige al uruguayo y la sospecha de que su matrimonio era un arreglo para cuidar las apariencias. No hay más.
No hay tanto al respecto sin embargo, solo las historias del mismo Amorim que insinúan ese afecto. Y para probar su homosexualismo, Roncagliolo solo encuentra las cartas inflamadas que el premio Nobel Jacinto Benavente le dirige al uruguayo y la sospecha de que su matrimonio era un arreglo para cuidar las apariencias. No hay más.
Dice
también la contratapa “Santiago Roncagliolo desvela la intimidad de los grandes
genios del siglo XX, mostrándonos sus celos, rivalidades, amores y miserias
como nadie lo había hecho hasta ahora”. Y sí, nos enteramos que Amorim utiliza
su poder seductor para figuretear en el jet set del momento, que Lorca era un
homosexual hecho y derecho, que Dalí se resistía a ser gay, que Neruda lamentó
no serlo... Además de todas las guerras mínimas en el mundillo literario, las
enemistades, los insultos, los ataques, las broncas, las rencillas, las
maledicencias, las persecuciones, las infamias, las difamaciones, los dimes y
diretes.
Pero no es virtud
del libro el darnos a conocer las intimidades de los artistas, por más que la
tapa y la contratapa marketeras nos lo señalen. Su gran virtud es la cantidad
de información que Roncagliolo derrama deliciosamente para, desde lo que le
ocurrió a cada uno de estos artistas mayúsculos, vislumbrar la historia de Europa
en la primera mitad del siglo XX: la guerra civil española, la aparición del fascismo,
las guerras mundiales, el ascenso del comunismo. Un libro enorme en realidad.
Solo una
crítica: demasiadas hipótesis convenientes (v.g. “el lugar y la fecha SUGIEREN
que los presentó el mismo Borges” p. 94, ó “es POCO PROBABLE que Amorim sea
bisexual” p.95, el resaltado es mío) sin mucha o buena explicación, que por
momentos me hizo pensar que estaba leyendo un periódico sensacionalista (muchos
“habría”, “podría”, “sería”). No eran necesarias ante tantas fuentes, la
historia de Amorim es de por sí sola atractiva.
…
Cuando
vuelas vestido de durazno
Cuando ríes
con risa de arroz huracanado
Cuando para
cantar sacudes las arterias y los dientes
La garganta
y los dedos,
Me moriría
por lo dulce que eres,
Me moriría
por los lagos rojos
En donde en
medio del otoño vives.
…
Así es la
vida, Federico, aquí tienes
Las cosas
que te puede ofrecer mi amistad
De melancólico
varón varonil
Ya sabes
por ti mismo muchas cosas
Y otras
irás sabiendo lentamente.
(Oda a Federico García Lorca, Pablo
Neruda)
…
Sobre Lorca
escribió un drama Eduardo Adrianzén hace poco que fue puesta en escena por Alberto
Ísola. Mi post “Lorca en Lima” se puede leer aquí.
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