lunes, 26 de julio de 2010

Un Ex es para Siempre

Cuando alguien me dice que prefiere a su mamá porque ella siempre estará ahí, y no a su pareja porque estas pasan, le recuerdo que también un ex es para siempre.

Contando a mi enamorada de cuando tenía veintitantos, he tenido en total 5 parejas. Salvo uno de ellos, con el que dejé de comunicarme, a todos los demás los considero entre mis mejores amigos.

N. no era definitivamente la Novia del Mundial. Y, tengo que decirlo en honor a la verdad: ni mucho menos.

Las mujeres no atraían mi atención. Digamos que pasé mi adolescencia y juventud sólo cumpliendo con el rol que se esperaba de mi. Visitaba prostíbulos con los amigos, tenía enamoradas (con las que no duraba mucho por el poco interés que ponía en el asunto), y hasta tenía fama de mujeriego por el simple hecho que nunca decía que no cuando se presentaba la oportunidad de tener sexo. Claro, estaba inmune a la posibilidad de enamorarme realmente y de querer una relación de largo plazo con una chica. Así que eso, que una mirada queer hubiera identificado fácilmente como gay, me hacía creer entonces que yo era el Jilguero Flores, palomitay, el dulce de las mujeres, más peligroso que el diablo.

Así que N. me eligió a mi. Y se dedicó a educarme en cómo dejar esa vida de picaflor de barrio y ser una pareja correcta. Y N. era persistente. Y yo, bueno, no ponía resistencia nunca a nada, así que me dejaba llevar. Luego de viajes, campamentos, fiestas, visitas a familiares, de cuidarme la billetera en las borracheras, de preocuparse cuando me enfermaba y de ser mi relacionista pública con toda mi familia y mis amigos, llegué a pensar que yo era feliz y que eso, ni más ni menos, era el amor.

Hasta que conocí a F.

No encontré nunca la forma políticamente correcta de decirle a N. porqué ya no quería continuar esa relación que ya había empezado a apuntar a algo serio. Los clásicos: necesitamos algo de espacio, soy yo no tú, démonos un tiempo, no estoy seguro de lo que siento, no eran suficiente para ella. Ya dije que su mayor virtud era la persistencia ¿no?. Y es que además trabajábamos juntos. Y era amiga de mi familia. Así que sabía muy bien que no salía con ninguna otra chica. Y le resultaba extraño. Muy extraño. Y me daba tiempo, me daba espacio. Pero siempre pendiente. Y siempre buscándome con lágrimas en los ojos. Hasta que, varios meses después, cansado de buscar excusas, me confesé. F. es mi pareja le dije, soy gay, y me quedé callado esperando una conmoción. Ya lo sabía me dijo, con una tranquilidad buñueliana que me hacía imaginar, detrás mío, a todo un auditorio riéndose desaforadamente de mi, por lo burro que había sido al no haberle dicho esa simple verdad antes. Fue de esta manera que aprendí acerca de la intuición femenina y que lo mejor, sobre todo con las chicas persistentes que quieren confirmar sus sospechas, es decir de arranque la verdad.

Bueno, N. se convirtió así en mi primera Ex pareja. Han pasado como 20 años y seguimos viéndonos, sigue siendo amiga de mi madre y me cuenta sus cosas con tanta confianza (que me sonroja) como si fuéramos aun enamorados. Desde sus supuestas aventurillas extramatrimoniales hasta, recientemente, cómo hacer para decirle a su esposo que se anime a tomar viagra. Ese vínculo de haber sido pareja unos años nos resulta increíblemente fuerte.

Con F. deberíamos celebrar cada año los años que tenemos de ser Ex. Ya vamos a cumplir 15 de ser felices ex pareja. Y, aunque no nos vemos mucho, es definitivamente mi mejor amigo. Me conoce tanto que solo hay cosas que puedo conversarlas con él. Lamentablemente tanto mis parejas como sus parejas no han ayudado a afianzar mas nuestra relación. Los celos han hecho que, prácticamente, nuestra relación de Exes la llevemos clandestinamente. Exagero. Pero algo así.

Con M. que vive en provincia, igual. Prácticamente nunca dejamos de comunicarnos. Aunque él me llama más de lo que yo lo llamo. Soy un ingrato me dice, aunque yo en estos 10 años de Ex que llevamos, haya viajado allá, por trabajo, más de lo que él viene a Lima. Estuve con él cuando su padre murió hace unos 3 años. Y también cuando cumplió 40 y lo quiso celebrar conmigo. Le recuerdo siempre que cuando lo conocí él tenía 27 añitos y me dijo que lo nuestro, que duró cinco años, era pasajero, solo sexo. Ahora me dice que cuando sea viejo le gustaría venirse a Lima y vivir conmigo.

A R. solo lo ví una vez luego de terminar. Se mostró dolido y yo también. Es la única Ex pareja con el que no pude rehacer nuestra amistad. La falta de comunicación nos mató como Ex parejas. Como si no supiéramos que el tiempo borra todas las heridas.

Con R2 nos hablamos por messenger y por teléfono. Llevamos una relación amable que pienso que con el tiempo se hará más fuerte.



Con C. las cosas son tan recientes que a veces pienso si ya ha dejado de ser mi pareja para pasar a ser mi Ex. O es un Ex que se ha convertido en amigo cariñoso. O es que estamos aún en el largo proceso de terminar. Y francamente como que no hacemos mucho esfuerzo tampoco por acabarlo. Imagino que hasta que uno de nosotros no esté acompañado, seguiremos buscándonos para salir, para conversar, para tener sexo. Hemos intentado ambos nuevas relaciones pero nada, y como seguimos solos, seguimos dependiendo del cariño del otro. Y, lo que es peor, pensando siempre en regresar. Pero hemos estado separados tanto tiempo...

Y ahora estamos acometiendo la osadía de irnos de viaje de feriado largo juntos. Nos corremos del frío de Lima. A probar, creo, si la llama (pese a todas las tormentas) aún se puede encender. Dicho a lo Julio Iglesias ¿Tropezaré de nuevo con la misma piedra? ¿En cuestión de amores nunca aprenderé? ¿Pese a que fui en tu vida una diversión, un juguete de tu colección? Ufff... (No me preguntes quien es Julio Iglesias por favor).

martes, 20 de julio de 2010

Las Marchas del Orgullo

Hay gente que es intolerante y no lo sabe.

Para mí ese es el principal aporte de las marchas del orgullo, hacer que la gente contraste su intolerancia con la diversidad. Su homogénea cotidianeidad gris con un estilo de vida que desconoce y que por lo mismo le teme y lo margina.

Es por eso también que hubiera preferido que la marcha limeña (¡novena!) empiece en la Miraflores conservadora y pase bochincheando atrevidamente por el San Isidro elitista. Hacerla en la Lima bohemia, multicultural, multiétnica, multiregional y multi todo es como llegar a querer armar una fiesta en plena hora loca. O sea ya está hecha, no hay mucho de nuevo. Me imagino a los miraflorinos enterándose de la marcha en Lima y diciéndose que es una muestra más de la decadencia limeña, que el baile de los fenómenos está donde debería estar.

Lo realmente radical hubiera sido estar en el distrito del Masías homofóbico (homofóbico arrepentido, pero homofóbico al fin y al cabo, porque ese arrepentimiento no me pareció salido del fondo de su corazón sino del fondo de su oficina de imagen institucional), en los distritos limeños de las viejas cucufatas, en donde se ha refugiado la derecha católica ultraconservadora, en donde están los símbolos de la oligarquía antipatriota (no se me borra la caricatura del Haití con gente hablando de sus viajes a Miami en plena época de la violencia) que no quiere que nada más que el corso de Wong desordene sus calles a lo Macy’s Thanksgiving Day Parade aunque de ello no tenga nada más que las locas ilusiones de la periferia queriendo parecerse al centro (así de huachafa es nuestra élite), en el distrito de la gente que ama su style of life y frunce el ceño ante todo aquello que le recuerde que vivimos en un país diverso.

Otra cosa importante del atrevimiento limeño es que ha animado a lo que era una discreta movida regional.

Leí que Piura organizó su quinta marcha. En Trujillo organizaron la tercera. En Chiclayo también la tercera (hace muchos años, cuando conocí unos amigos de Ferreñafe y pasé una temporada por allá, yo decía que la tierra de la doble fé era la capital gay del Perú, en general me gusta el tono heterosexual que tiene el asunto en el norte, a diferencia de Iquitos y Tarapoto donde es más colorido). En Iquitos fue la quinta y logró convocar a la CGTP y al Frente Patriótico de Loreto, mis respetos. En Arequipa fue la tercera. Parece que también se realizaron en Tumbes, Chimbote, Utcubamba (Bagua Grande), Pucallpa y Ayacucho.

El movimiento está fuerte. Lamento ser tan cobarde como para no participar. Ya hablé de mis temores. El año pasado (¿o antepasado?) me topé con la marcha en plena Plaza San Martín. Me sorprendió la cantidad de gente participando. Solo me quedé observando y tomando fotos con mi celu. Pero creo que eso es también importante: La convocatoria. No que espero que la mayor participación haga que sea parte del calendario cívico escolar o que quiera competir con el carnaval de Río, pero sería un fracaso hacer un desfile y que nadie vaya a verlo. Así que por ahora esa será mi única contribución. Quizá más adelante me anime a desfilar. Quizá no sea en el carro alegórico de La Jarrita la primera vez, más probable con la mancha de Amnistía. Pero por algo se empieza.

¡Ah! Quería preguntar, ¿por qué no se hace en verano? Imagino que en Puno a nadie le hace gracia marchar a menos 10 grados.

domingo, 4 de julio de 2010

Las novelas gays que he leído

Ahí les dejo mi ranking de lo poco que he leido.

Mi número 1: El Muchacho Persa, de Mary Renault. Tierno Hefaistión que amaba a Alejandro que amaba a su eunuco Bagoas. Maravillosa narración de amor en la época pre cristiana, cuando el sexo aún no era tabú. El amor entre hombres debe haber sido lo único griego que el Renacimiento no pudo rescatar. Por la Puta de Babilonia!



Número 2: Yo no Tengo la Culpa de Haber Nacido tan Sexy, de Eduardo Mendicutti. No se porqué no he leído más de Mendicutti. Es un genio.

3: Mi Planta de Naranja Lima, de José Mauro de Vasconcelos. Esta novela me hizo gay ¿Que no es un libro gay? Pues ese amor entre Zezé y Portuga en las calles de Río de Janeiro no se me hace amor filial/paternal. Era yo y mi profe de historia (amor platónico igual). Yo y mi abuelo. Yo y los mayores de 35…

4: No se lo Digas a Nadie de Jaime Bayly. Como no me va a gustar esta novela. Está bien escrita, no me digan que no.

5: Antes que Anochezca, de Reynaldo Arenas. ¿Con cuántos dijo que había mantenido relaciones? ¿Con 2,000? La Cuba de Fidel, castrante para los homosexuales, hacía de buscar sexo una aventura peligrosa pero sumamente placentera.

6: Tengo Miedo Torero, de Pedro Lemebel. La Loca de Enfrente viviendo su radicalismo político en el Santiago de Pinochet.

7: Alexis o El Tratado del Inútil Combate, de Marguerite Yourcenar. La carta de un gay a su esposa. Te lo digo porque si no supieras de que trata, dejarías el libro a la mitad. Pero claro, fue escrita en 1927. Al final quieres volverla a leer.

8: Confesiones de una Máscara, de Yukío Mishima. Demasiado sutil. Marguerite Yourcenar ensaya que Mishima sentía que su vida era un vacío total. Al parecer ser gay, ser japonés y ser idealista era un verdadero trauma en la década del 40. El autor termina haciéndose seppuku. (Busqué este libro por años. La encontré finalmente en una librería gay de Londres. Ahora se puede bajar fácilmente de librodot.com. Qué viejo me hacen sentir estas cosas).

9: Amo a mi mami, de Bayly. No es una novela gay, cierto. Pero ya sabemos que esa infancia era el preludio a la vida bisexual de Jaimito.

10: Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. Si empiezas a leer a la Yourcenar esperando algo como lo de Bayly te vas a aburrir. Pero si te relajas le encuentras el gusto. Ambientada también en el mundo griego, esta es más melancólica y reflexiva que la novela de Mary Renault.

11: El Beso de la Mujer Araña, de Manuel Puig. La película me llevó al libro. ¿Porqué tantas notas de pié de página? Buena novela, pero si ya viste la película ya no la leas. Ver a William Hurt feliz después de haber hecho el amor con el preso político con el que comparte la celda es mejor que la descripción de la novela.

12: Historia de Mayta, de Vargas Llosa. Provinciano en colegio de pitucos, subversivo y gay. Mayta era un león de 4 mundos. El lado homo de Mayta solo recibe unas cuantas líneas pero francamente determina su auto marginación, lo que termina llevándolo al extremismo. Burla sórdida de Varguitas a la subversión. En Conversación en la Catedral también hay un personaje que resulta siendo homosexual pero su lado gay no resulta tan importante en la trama.

13: El Deseo Diferente, de Luis Fernando Bamonde de Bernardi. Si soportas la terrible redacción descubres una interesante y sincera autobiografía de un policía pasivo maduro en Lima.

14: Fue ayer y no me acuerdo, de Jaime Bayly. Ahí, más o menos.

Seguro que he leido algunas otras más, pero ahorita son las que recuerdo.

viernes, 2 de julio de 2010

¿Amor de lejos?

Mi amigo de provincia está a 15 horas de Lima.

Tiene 30 años pero parece mayor. ¿Por qué generalmente la gente de provincia parece tener más que la edad que tiene y los de Lima parecen tener menos? ¿Será que la vida hetero de las provincias te envejece? O sea ¿te forma el carácter? La vida blandengue, comodona y alegre de la Lima cosmopolita ¿te mantiene joven? O sea ¿te vuelve un chico Sex & The City?

Me gusta mi amigo de provincia. Es alegre, sencillo, romántico, desinhibido, varonil, chistoso, cariñoso, tiene vellos en el pecho, buenas piernas, rico trasero… hummmm…. Pero está lejos.

Nos conocimos por un mensaje que me mandó por el gaydar hace como un año atrás. Hemos estado escribiéndonos, teníamos una conversación fluida, congeniábamos en muchas cosas. En sus fotos de Hi5 se veía riquisisísimo en su terno oscuro. En la webcam confirmamos que nos atraíamos. Nuestras voces por el celular nos gustaron…

Pero era uno más de los tantos amigos que haces en internet. Como él me invitaba a ir para allá y yo lo invitaba a venir para acá y ninguno quería hacer ese viaje, dejamos que las cosas pasaran. Pronto nos aburrimos y dejamos de comunicarnos tan frecuentemente. Yo entré en una relación, luego en otra y como que todo se fue olvidando.

A fines de mayo nos volvimos a encontrar. Creo que en el chat de gayperú. Volvimos a conversar con fruición. Yo estaba apesadumbrado por la forma como había terminado una relación. Y él no se qué tenía pero ambos como que necesitábamos conversar. Volvimos a flirtear y a soñar con viajar y vernos.

Las cosas hubieran terminado como antes si no fuera porque a un amigo común de internet se le dio por hacer de Celestina. A este amigo común yo no lo conocía. Solo flirteamos unos meses por internet hasta que, igual, nos aburrimos. Pero nos caíamos bien. Mi amigo de provincia había tenido un choque y fuga con él, un choque y fuga doble digamos, acá en Lima y allá también. Y habían quedado como buenos amigos.

Entonces. Este amigo común le dijo no se qué cosas de mí que lo animó a venir.

Lo recogí del paradero, lo llevé al Miller y estuvimos ahí, prácticamente, las 36 horas que estuvo en Lima. Todo el programa que habíamos hecho para salir en Lima, ir al cine y tomar fotos se fueron al agua. Me regaló un viernes/sábado espectacular. Me dio todo el cariño y afecto que necesitaba en ese momento. Lo dejé en su paradero. Se fue y al rato volví a desearlo. Una cosa increíble. Los días siguientes me excitaba sólo de pensar en él. Escuchar su voz por el teléfono era tener una erección. A la semana no pude más y tuve que tener sexo (¿seré un adicto al sexo?). Mi amigo E., que siempre me reclamaba que nunca lo llamaba se sorprendió de escucharme pedirle vernos y sentirme tan excitado (al día siguiente me dijo por el Messenger “estuviste buenazoooooooo”). Pero apenas terminar, aun en la cama, mientras E. estaba en el baño, le escribí a mi amigo de provincia un mensaje de texto diciéndole que lo extrañaba. Luego, camino a casa, le volví a escribir “¿si tuviera sexo con alguien debería decírtelo?”. Me respondió “¿Quéeee? ¿Has tenido sexo? ¿Tan rápido? Ja ja ja ja”. Y me estuvo interrogando un buen rato. Un amor.

Quería viajar en este fin de semana largo a verlo. Pero no pude. Tuve trabajo. Quise hacerlo hoy. Pedí ayer mi pasaje al servicio delivery de Cruz del Sur. Me lo debían traer hoy. Pero apenas me desperté llamé y lo cancelé. No estoy convencido que una relación a la distancia funcione. Sobre todo si recién empieza. Él me dice que se vendría a Lima a trabajar. Pero ayer me dijo que acababan de contratarlo allá en otra empresa y con mejores condiciones. Quizá con el tiempo. Quizá en unos meses. Me dice que esta nueva empresa tiene filial en Lima y podría pedir su traslado. Pero ¿en unos meses? ¿2? ¿3? ¡¿4?!

Mis relaciones de lejos no han funcionado. Mi primera relación (en la época sin internet y de las caras llamadas telefónicas) acabó por la distancia. Mi segunda relación igual. Mi cuarta relación (ya en plena era de la comunicación) fue con alguien de provincia, estuvo enferma de desconfianza, celos y hubo engaños efectivos. Al menos, yo, no he encontrado la solución a una relación a la distancia. Y eso que he intentado. Trato de estar comunicado. Gasto en llamadas. Estoy siempre en el Messenger. He llegado a entregar las claves de mis correos. He dado las llaves de mi departamento (para que haga auditorías sorpresivas cuando quiera). No dejo ninguna llamada sin contestar. Pero nada finalmente parece funcionar. Siempre hay temor, inseguridad, celos. Leí que Sartre y Simone de Beauvoir en su relación a la distancia habían quedado en que podrían tener sexo con otros y en sus cartas se contaban cómo habían sido sus eventuales relaciones. Podría ser esa la solución. Pero no creo que al comienzo.