Además es el director más personal que
existe actualmente: Gracias al éxito que alcanzó en sus primeras películas contó, desde muy temprano, con el
control total de sus trabajos. Eric Lax decía en 1994:
“siempre que no exceda determinado
presupuesto, tiene un control artístico total. Punto. El guión, la elección de
actores, la dirección, el montaje, la música…, todo depende exclusivamente de su aprobación. Es una licencia que
en el mundo del cine no posee nadie más,…” (página 24).
Es un personaje inconfundible: Neoyorkino de
familia judía, apasionado por Ingmar Bergman, Bob Hope, los hermanos Marx y el
jazz de la primera mitad del siglo XX. De sus películas sabemos que sus tonos
son cálidos, que evitan el azul, de planos largos, diálogos exquisitos
(inundados de detalles literarios, filosóficos, neoyorkinos y judíos dispersos
que, si llegas a descubrirlas a la volada, te producen un gran placer), que sus
imágenes traen también detalles que debes descubrir (p.e. la novela que lee Hannah
en “Hannah y sus hermanas” es “Easter Parade” de Richard Yates sobre la rivalidad
entre dos hermanas, el carrito de niño que cae en la revolución en Bananas hace
referencia al inicio del levantamiento en “Acorazado Potemkin”), que las
estrellas reducen sus salarios significativamente para trabajar con él; sabemos
que en el fondo sus películas son -pese a todas sus risas- pesimistas (“la
comedia es la tragedia sumada al tiempo” dice uno de sus personajes en Crímenes
y Pecados), y conocemos a su personaje recurrente: neurótico, que visita
sicoanalistas a los que critica pero necesita, debilucho inadaptado, experto amante,
kantiano y que anda por ahí haciendo libres asociaciones freudianas.
Pero quizá lo que ha hecho de Woody Allen un autor
de culto es su atrevimiento para reflexionar sobre temas como la religión, el
sentido de la vida, la ausencia de Dios, el imperativo categórico como
ordenador de un mundo horrendo, el azar como determinante de nuestras vidas, lo
terrible de la condición humana, lo duro de la existencia en un mundo hostil y,
enmarcado por todo ello, sobre la tensa necesidad que sentimos de vivir en
pareja.
¿Es Woody Allen un autor homofóbico, como se le
tildó a fines de los 70? ¿Invisibiliza las relaciones homosexuales dentro de su
inmenso muestrario de relaciones de pareja, como pensábamos los que lo
conocimos en los 90? Revisando la totalidad de su filmografía encontramos que
ha habido claramente un aprendizaje al respecto: El bueno de Woody ha pasado de
la ignorancia insolente a una abierta hostilidad y del temor a tratar el tema a
su posterior apertura y sensibilidad. Estos pasos corresponden con las etapas
que ha atravesado también su cine (a sus 78 años lleva dirigidas 44 películas en las que también es
guionista) y que podríamos llamarlas (1) su período formativo, (2) la edad de
oro, (3) la irregularidad neoyorquina y (4) la madurez europea.
Portada del Times del 3 de julio de 1972 |
EL FORMATIVO (1966-1975)
En este periodo sus películas son solo un
conjunto desenfrenado de gags frívolos, sin profundidad (al menos hasta “La
última noche de Boris Grushenko” que es una película bisagra), dispuestos como
vehículos para lucir al personaje que se encontraba desarrollando desde 1961
cuando empezó a actuar de comediante en clubs nocturnos: el nerd parlotero,
cobarde pero emprendedor.
La homosexualidad entonces era una muletilla,
un tipo de chiste fácil al que recurrió en todas sus películas de esta etapa. Los
homosexuales son motivo para la befa tenaz. Exponer su condición es el único
recurso para hacer reir. Es la etapa del “mira, son homosexuales, riámonos”. Era
su infeliz forma de bromear de sus primeros años (ya en 1967 su ex esposa lo
había demandado por un millón de dólares “por haberla expuesto a la burla y al
ridículo” en sus chistes sobre ex esposas).
1. What’s up Tiger
Lily? (1966)
En 1966 a Allen, que había
alcanzado fama luego de figurar como guionista en la comedia más exitosa de
1965 “What´s new Pussycat?”, se le encarga uno de los proyectos más disparatados
de la historia del cine: Doblar con diálogos cómicos una película de acción (nada cómica) previamente filmada… en Japón, con actores japoneses y diálogos en japonés.
Así, hace decir a los personajes
de este film, cosas supuestamente graciosas, que no tienen
nada que ver con las imágenes y con el verdadero diálogo.
Sus chistes gays, van así:
Sale un hombre arrastrando a dos espías
que estaban escondidos y dice: “Los he atrapado en el varadero, estaban
cometiendo un crimen contra natura”.
Otro:
El héroe: “¿No va a matarme después que descifre la receta?
El detective: “¿Matarlo? ¡Bah! Mire esto” Se abre el saco “¿Es este
el cuerpo de un asesino?”
El héroe: “¿Un cuerpo eso? ¡Échele una ojeada a esto!” Y empieza a
sacarse la correa.
El detective: “Un momento… yo solo he venido a descifrar la
receta.”
El héroe le muestra una filmina
que saca de su correa con lo que interpreta el mensaje cifrado.
El detective: “¡Lo conseguimos! Es usted un as, Phil. ¡Usted es
magnífico! ¡Creo que lo amo!” Y lo besa.
El héroe: “¡Un momento! ¡Que se me caen los pantalones!”
Burlándose de otro le dice: “Sigue así y te daré una muñeca”
Y en una escena donde tienen atado en una silla al protagonista, Woody les hace decir:
Y en una escena donde tienen atado en una silla al protagonista, Woody les hace decir:
El chico malo: “¿Porqué ese aspecto
de decepcionado?”
El héroe: “Si usted me ama ¿por qué atarnos?”
Chico malo: “Lo amo a mi manera.”
2. Robó, huyó y lo pescaron / Take the money
and run (1969)
En la prisión Virgil es encargado de la lavandería.
Seleccionando la ropa encuentra unas bragas.
El reportero, al final de la película, pidiéndole un
recuento de su vida, le pregunta:
Reportero: “What about your cohorts? What
ever happened to them? All the guys you’ve been associated with in various
gangs?
Virgil: “A great many of them have become
homosexuals… and some of them has entered into politics and sports.”
3. Bananas
(1971)
El Dictador (durante su juicio): “Objeto su señoría, este juicio es
una parodia, una parodia de una farsa de un engaño de una parodia de dos farsas
de un engaño. Propongo que el juicio se declare nulo: No hay ni un homosexual
en el jurado.”
Alguien en el jurado: “¡Si lo hay!”
El Dictador: (al juez, bajando la voz, en confidencia y sonriendo burlonamente)
“¿De veras? ¿Cuál es? ¿El alto de la orilla?”
4. Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo
y no se atrevió a preguntar / Everything you wanted to know about sex [But you
were afraid to ask] (1972)
Una
película con 7 partes.
En “Parte 2: ¿Qué es la Sodomía?” trata de un hombre que se enamora de su
oveja.
En la “Parte 4: ¿Son los travestis homosexuales?”
Esposa (luego de
enterarse que a su esposo le gusta travestirse): “Sam, simplemente podías
haberme dicho. Yo hubiera entendido.”
Esposo: “No es la
clase de cosa fácil de decir.”
Esposa: “Sam, hemos
estado casados por años. Te amo. Tú me amas. Podrías haberte acercado a mí y
haberme dicho: ‘Tess, tengo una mente enferma. Soy un individuo enfermo [I have a diseased
mind. I´m a sick individual]. Necesito ayuda. Necesito tratamiento. Soy
un pervertido. No encajo con gente normal, decente. [I´m unfit to function with normal, decent
people]´. Yo hubiera entendido”
Esposo: “Gracias,
Tess. Voy a ver al Dr. Filmore la próxima semana.”
Esposa: “Está
bien.”
Esposo: “Eres
maravillosa.”
En “Parte 5: ¿Qué son
las perversiones sexuales?” es el video de un comercial: Están dos hombres
con el torso desnudo en un vestidor. Uno le dice al otro de las ventajas de un champú
acondicionador y luego, mientras se opacan las imágenes y aparece la publicidad
del acondicionador (“Lancer, for that better groomed look. A product of K
Pharmaceuticals…”), los dos hombres se abrazan y besan apasionadamente.
En “Parte 7: ¿Qué
ocurre durante la eyaculación?” el espermatozoide se pregunta “¿Y si es una
relación homosexual?”. Y se niega a salir.
Se iba a realizar una octava parte llamada “¿Qué convierte a un hombre en homosexual?” pero se desechó luego de filmarla por
que el resultado final no le satisfizo. En ella aparece disfrazado de una araña
que es devorado por otra luego de tener sexo.
En 1974 Eric Lax le pregunta: “¿Puede darme un ejemplo de lo
que parecía una gran idea y acaba malográndose?”
Woody le contesta:
“La secuencia de la araña en
‘Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo’ se me ocurrió un día a la
salida del óptico en Lexington con la calle Setenta y siete. En aquel momento
no le veía un final. Simplemente me pareció fantástica la idea de que yo fuera
una araña y tuviera relaciones sexuales con una viuda negra que acaba
devorándome, lo que mostraría de manera simbólica una posible razón para que
los hombres se hicieran homosexuales.” (“Conversaciones…” p. 21).
5. El dormilón /
The sleeper (1973)
Huyendo, llegan a una casa apartada donde los reciben un par
de hombres afeminados. Llaman al robot que los atiende y este tiene también
manierismos obvios.
6. La Última Noche
de Boris Grushenko / Love and death (1975)
Boris: “¿Acaso sabes lo que significa el amor?”
Sonja: “Hay muchas y diferentes clases de amor, Boris. Está el amor
entre un hombre y una mujer, amor entre madre e hijo…”
Boris: “Dos mujeres. No olvidemos mi favorito.”
Sonja: “…”
Boris: (Divagando) “… Asesinato. ¿Qué diría Sócrates? Todos esos
griegos eran homosexuales... Deben haber tenido fiestas salvajes. Apuesto a que
todos juntos alquilaban una casa en Creta para el verano. A: Sócrates es un
hombre. B: todos los hombres son mortales. C: todos los hombres son Sócrates. Eso
significa que todos los hombres son homosexuales… humm yo no soy homosexual. Una
vez, algunos cosacos me silbaron. Ocurre que tengo la clase de cuerpo que
excita ambas persuasiones. Pero algunos hombres son heterosexuales y algunos
hombres son bisexuales y algunos hombres no piensan en sexo para nada. Ellos se
vuelven abogados.”
...
Bibliografía citada:
Eric Lax 1994: "Woody Allen". Ediciones B. Barcelona
Eric Lax 2011: "Conversaciones con Woody Allen". Editado por Random House Mondadori. Barcelona.
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