martes, 7 de enero de 2014

Breve Historia de la Iglesia Católica Apostólica Romana (Parte 1)

En conmemoración del 20 de setiembre de 1870, día de la unificación de Italia, lograda con la toma de Roma y el confinamiento del papa en el Vaticano, conocido también como día del libre pensamiento, Manuel González Prada decía:

“No ha bajado a la tumba una religión que suponíamos enterrada bajo los sarcasmos de Voltaire y las ironías de Renán. La vemos palpitar en rededor nuestro, afanándose por dominar las conciencias. Algunos, aunque librepensadores, la respiran en la atmósfera de su casa, la husmean en los platos de su mesa, la sienten en la almohada de su lecho. La Ciencia y la Religión ejecutan un perdurable movimiento de báscula: si una sube la otra desciende. Nadie negará que la Ciencia no para en su movimiento de ascensión. El Catolicismo desciende y en las naciones civilizadas no vive una vida muy gloriosa. Sin embargo tenemos que asestarle golpes continuos para acelerar su muerte. Aunque le veamos reducido a cadáver, sigamos golpeándole: hay muertos que debemos matar una y cien veces.” ("HORAS DE LUCHA").

En nuestra cortoplacista visión de provincianos periféricos, alucinados por el lujo y las formas, nos pareciera un sinsentido lo que decía el maestro en 1905. Con la intención de contribuir con una mirada de largo plazo hago, en este post, un resumen de la historia de la Iglesia romana de Pedro hasta ese día de 1870.

Veamos.


ÉPOCA ANTIGUA: El Obispo de Roma (pastor de almas) se convierte en la cabeza administrativa de Roma

Todo empieza con Pedro trasladándose a Roma a realizar labor apostólica (aunque hay una discusión de si realmente estuvo o no en Roma). Con él se funda el Obispado de Roma.

Posteriormente, con la explicación de que un obispo hereda la dignidad del fundador, el Obispo de Roma (no el de Jerusalem ni el de Constantinopla ni ningún otro) es considerado el principal de la Iglesia Católica (y, con el tiempo, llamado “papa”).

En el año 392 el Emperador Teodosio convierte al cristianismo en la religión del estado, la hace obligatoria y prohíbe los cultos paganos.

Para entonces, Roma era ya una ciudad en franca decadencia: el Emperador Diocleciano (284-305) había trasladado la capital del Imperio a Milán para poder enfrentar mejor las invasiones bárbaras y Constantino (306-377) la traslada a Constantinopla (consolidando lo que se llamaría el Imperio Romano de Oriente [o Imperio Bizantino], por oposición al Imperio de Occidente a punto de desaparecer).

El virrey bizantino de Italia se instala en Rávena, que se encontraba mejor defendida. Roma es saqueada por los visigodos en el 410 y por los vándalos en el 455. 

“Cuando se produjo el fin del imperio Romano de Occidente (476), Roma era ya una ciudad provinciana inmersa en un proceso de despoblamiento y de degradación de sus alrededores, proceso acentuado por las luchas entre bizantinos y ostrogodos por el dominio de Italia (saqueo de la ciudad [de Roma] por los ostrogodos en 546). Entre tanto, la ausencia de un poder que atendiese las necesidades de la ciudad, por la falta de interés por parte de los emperadores bizantinos, hizo que los papas se erigieran cada vez más en sus administradores.” P. 13532.  


ÉPOCA MEDIEVAL: La Iglesia adquiere su máximo poder político y enorme riqueza

El prestigio de los papas como herederos de Pedro, se acrecentaba y se demostraba en las donaciones que recibía para ampliar la fe cristiana a todo el territorio europeo (a sus posesiones en el centro de Italia se les llamó el "Ducado Romano" o el "Patrimonio de San Pedro"). Pero políticamente no dejaba el papa de ser una entidad menor bajo la tutela del imperio Bizantino.

El hecho que fue un verdadero disparador del poder político y riqueza de la Iglesia ocurrió en el siglo octavo.

Al norte de Italia existía el reino de los francos, cuyos reyes (de la dinastía Merovingia) acostumbraban dejar la conducción del reino en manos de sus Mayordomos de Palacio. Uno de ellos, Pipino el Breve, en el año 751, decidió deponer a su monarca y fundar una nueva dinastía real (la que fue conocida como Carolingia). Y la mejor manera que se le ocurrió para ser, digamos, legitimado ante el resto del mundo occidental y católico, fue que el mismo papa sea quien lo reconozca.

Para entonces los bárbaros lombardos habían invadido buena parte de Italia, conquistado Rávena, hecho huir al ejército bizantino y estaban a punto de entrar a Roma. Ergo, el papa se encontraba sumamente urgido de algún aliado que pudiera enfrentarlos.

Así,
“El papa fue a St. Denis, cerca de Paris donde firmó una alianza de amistad con el primer rey Carolingio probablemente en enero del 754. Ungió a Pipino como rey, a su esposa e hijos y obligó a los francos bajo pena de excomunión a elegir en adelante al rey de la familia carolingia únicamente. Al mismo tiempo otorgó a Pipino y a sus hijos el título de ‘Patricio de los romanos’, título que habían llevado los más altos funcionarios bizantinos en Italia…” Aquí 

Dice la Enciclopedia Católica de Aciprensa:

“Esta cooperación externa del papa en la transferencia del reino a los Carolingios acrecentaría necesariamente la importancia de la Iglesia.” Aquí

De hecho. Entre el 754 y 756 un agradecido Pipino el Breve obligó a los lombardos a entregar al papa las ricas y estratégicas regiones de Rávena y Pentápolis, con lo que echó los cimientos para lo que se llamaría los Estados Pontificios.


Evolución de los Estados Pontificios entre el siglo VIII y el XIII

Luego de la muerte de Pipino el Breve su hijo, Carlomagno, fue más allá aún: fue nombrado, por el recientemente poderoso papa, “Emperador del Imperio Romano” (año 800).

Este hecho “se convirtió en base histórica de las futuras relaciones entre los papas y los sucesores de Carlomagno (a lo largo de la Edad Media, ningún emperador occidental era considerado legítimo, a menos que fuera coronado y ungido en Roma por el sucesor de San Pedro).” Aquí 

Y pues, este gran poder trajo una gran responsabilidad… que no siempre fue bien manejada. Los siglos que siguieron fueron siglos de enfrentamientos entre papas y monarcas, aquellos excomulgándolos o pidiendo a sus súbditos que no reconozcan su autoridad y estos deponiéndolos, encarcelándolos o asesinándolos. Aunque siempre los papas encontraban nuevas formas de recuperarse y mantenerse en lo más alto.

“En el curso de los ss. XI y XII el creciente poder económico del Papado, la reforma cluniacense [abadías caracterizadas por su independencia del poder civil y sumisión directa al papa] y el éxito de la primera cruzada [1095-1099] dieron al Papa un nuevo prestigio” Enciclopedia p. 13,532 .

Pero, luego de siglos y siglos de ir ascendiendo (con algunas mesetas y menores bajadas) en la gráfica del poder, en el siglo XIV la pendiente se vuelve permanentemente descendente.

Resulta que en 1302 el Papa Bonifacio VIII proclama “la supremacía del Pontífice sobre los monarcas, enfrentándose al rey de Francia [Felipe IV llamado el Hermoso]”. Enciclopedia Salvat p. 7,912  La arrogancia papal no duró mucho pues Felipe el Hermoso lo captura y encarcela. Poco después se nombra como papa a Clemente V (quien “desde temprana juventud había sido amigo personal de Felipe el Hermoso”, aquí) y se traslada la sede pontificia a Francia, específicamente a Aviñón.

“Durante la mayor parte del siglo XIV, los papas elegidos fueron franceses y el centro espiritual de la cristiandad fue la ciudad de Aviñón. El prestigio que había alcanzado el papado disminuyó y la permanencia en Francia del sumo pontífice dificultó las relaciones con los otros reinos cristianos.” MENTOR p. 820

En 1378 se inicia lo que se llama el cisma de Occidente periodo en el cual gobiernan dos papas, uno en Aviñón y otro en Roma. Culmina cuando en el Concilio de Constanza (1414-1418) se designa a un único pontífice, con sede en Roma.


EDAD MODERNA: ¿Sin el descubrimiento de América la Iglesia Católica hubiera terminado desapareciendo?

Se acostumbra datar el comienzo de la edad moderna en 1453, con la toma del Imperio Bizantino por parte de los turcos musulmanes y la invención de la Imprenta, o también en 1492, con el descubrimiento de América.

Nada más empezar la edad moderna la Iglesia Católica debe aceptar definitivamente que ha perdido a las iglesias cristianas de oriente (hoy Rusia, etc.). Un cisma que empezó a finales del siglo IX (llamado Cisma de Oriente) y que, si bien hubo intentos de reunificación,…

“En cada ocasión, la reunificación fue rota casi inmediatamente después de haberla hecho. El último acto del cisma fue cuando Dionisio I de Constantinopla (1462-72) reunió un sínodo y formalmente repudió la unión (1472). Desde entonces no ha habido intercomunión; existe una vasta iglesia “Ortodoxa”, aparentemente satisfecha de estar en cisma con el obispo que aún reconoce como el primer patriarca de la Cristiandad.” Aquí 

En 1519 surge en Europa el movimiento de Reforma iniciada por el fraile alemán Martín Lutero, que provoca un enorme desbande de fieles católico apostólico romanos hacia las iglesias que llamarán “protestantes”. Presionado por estos reformistas Carlos V otorga la libertad religiosa a los estados alemanes en 1555.

En 1531 el rey Enrique VIII de Inglaterra se separa de la iglesia de Roma y crea la iglesia anglicana.

Con Calvino (1509-1561) llegó la segunda ola de la reforma protestante que se extendería principalmente por  Suiza, Holanda, Escocia y parte de Inglaterra.

Francia estaba en una guerra civil entre católicos y calvinistas hasta que el rey, inicialmente calvinista se hace católico (1593) exclamando su estupenda, aunque tristemente célebre, frase “Paris bien vale una misa”. Posteriormente la Ilustración y luego la Revolución Francesa generarían un fuerte anticlericalismo en Francia que reduciría a la Iglesia a su mínima expresión.

Mientras tanto en España:

“España se convirtió en la retaguardia de la Contrarreforma. La vigilancia estricta ejercida por la Inquisición y una fuerte censura fueron los bastiones de esa política. La rigidez llegó a medidas tales como la prohibición de cursar cursos en el extranjero.” MENTOR p. 835  

Italia, a fines del siglo XVI, era un mosaico de reinos con presencia francesa, española y austriaca. Los territorios políticos más grandes eran los Estados Pontificios (color violeta en el mapa) y el reino de Nápoles. 

EDAD CONTEMPORÁNEA: Fase terminal

“La ilustración marcó el comienzo de la crítica al Papado y a la Iglesia. Esta crítica llevó durante la Revolución francesa no sólo al desposeimiento de los bienes del clero, sino a intentos de descristianización radical. ” Enciclopedia p. 7913

Durante la Revolución Francesa, el Gobierno francés depuso al papa Pío VI y crea la primera República Romana, pero el papa, apelando a alianzas con países enfrentados entre sí consigue que sus territorios le sean devueltos.

A comienzos del siglo XIX, luego de las guerras napoleónicas, Italia se encontraba fragmentada en 7 estados: Al norte el reino de Piamonte regido por Victor Manuel II y el reino de Lombardía y Venecia en poder de Austria. En el centro los ducados austriacos de Parma, Módena y Toscana, y los Estados Pontificios y, al sur, el reino de Nápoles en manos de los Borbones de España.

Victor Manuel II empieza un movimiento para reunificar Italia ganando primero el reino Lombardo y los ducados austriacos, y luego Nápoles. En 1860 derrota al ejército del papa y consigue incorporar a Italia los Estados Pontificios excepto la región de Roma.

Finalmente el 20 de setiembre de 1870 las tropas piamontesas ocuparon la ciudad de Roma, obligando al papa Pío IX a recluirse en el vecindario del Vaticano y consolidando la unidad italiana.

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Actualmente el Estado de la Ciudad del Vaticano es considerado un Estado Independiente. El papa es reconocido como su Jefe de Estado.


Estado de la Ciudad del Vaticano


El Vaticano en vista satélite

El Vaticano en Roma

Roma


Italia Central


Italia



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Fuentes citadas:
MENTOR, Enciclopedia de Ciencias Sociales, Barcelona 1999.
Enciclopedia, SALVAT. Madrid, 2004.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante, amigo, muy interesante. He recordado mis clases de Historia de la Iglesia.