miércoles, 29 de enero de 2014

Los raros ornitorrincos

Acto primero: Paco y Ana son una pareja heterosexual común y corriente que habla de sus fantasías sexuales. Lo que no sabe Ana es que cuando Paco dice que piensa en Antonio Banderas cuando hacen el amor, no está bromeando.

Acto segundo: Ana engaña a Paco con su mejor amigo, David, quien le confiesa que, si pudiera, haría el amor con Antonio Banderas.

 Acto tercero: Nos enteramos que Paco y David son algo que Paco no puede siquiera mencionar: “pareja”.

Jules et Jim, la película de Francois Truffaut, sí era una cosa rara en 1962: un trío amoroso que forman los dos amigos con Catherine, donde cada uno estaba feliz en cada lado de este triángulo. Y este es el meollo de la rareza: la felicidad encontrada en un arreglo inusual.

En "Ornitorrinco", obra del mexicano Humberto Robles, ninguno de los protagonistas se encuentra cómodo en esta relación. Ana se siente culpable por engañar y desencajada de saber que sus amantes son homosexuales, Paco se siente confundido de tener una relación homosexual y David, aunque lo intenta, no es Truffaut: no encuentra, en ese arreglo inusual, la manera de ser feliz y de hacer felices a los otros dos (le duele que Paco no se acepte y le frustra que Ana se sienta culpable).

“La bisexualidad es el estado perfecto” dice David. Y luego se explica brevemente: No importa si es hombre o mujer lo que importa es su interior. Loable intento de buscar aceptación. Pero luego el mismo personaje reflexiona: “Hacerlo con una mujer es suave. Con un hombre es fuerte. La mujer se te va de las manos. El hombre no, siempre está ahí, dispuesto a la batalla.” Reproduciendo roles de género de lo más conservadores.

Y se repite dos veces la frase “Todo lo que la naturaleza puede producir ya ha sido producido”. O sea, no hay nada nuevo bajo el sol. Debemos tomar de forma natural cualquier tipo de relación. Esta frase hubiera quedado perfecta si al final los personajes aceptaran de forma natural su condición, eso sí sería revolucionario y postmoderno (ver porqué El OficioCrítico y El Teatro Sabe la llaman una comedia postmoderna).

De todas maneras es una obra que abre la puerta al debate y eso es bueno. Además expone al público limeño, en una puesta fácil de ver, a una relación homosexual sin eufemismos. Cruda por los cuerpos desnudos y por los afectos sexuales vivos y directos. Por eso mismo es excelente que la Municipalidad de Lima la haya sacado del gueto exclusivo de los que van al teatro en Miraflores o en Barranco y la haya traído a las calles del centro en una presentación gratuita. Aplausos para ella.



Y hay más. El 4 de febrero pondrán en escena “Lo que Sabemos” y el 25 “El Proyecto Laramie”. Siempre gratis y en la Plazuela de las Artes (Jr. Ica 377). Es a las 8 p.m. pero hay que llegar temprano porque la cola empieza a formarse desde las 5. Los de la tercera edad tienen preferencia. Aquí pueden ver la programación completa.

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