lunes, 13 de agosto de 2012

"El Amante Uruguayo" de Santiago Roncagliolo


Como en Medianoche en París, el libro nos lleva al pasado, donde encontramos, llenos de vida, muy humanos, muy apasionados, a Lorca, a Neruda, a Borges, a Benavente, a Picasso, a Horacio Quiroga, a Dalí, a Chaplin… Y, siempre en la foto, con cada uno de ellos, a un escritor que desconocíamos, alguien que se parece mucho, no al personaje principal de la película de Woody Allen, sino al Ed Wood de Tim Burton.

Santiago Roncagliolo recupera para la historia los fracasos, los desplantes que sufrió, las críticas terribles a sus obras (dramas, poemas, cuentos, novelas, guiones) y el placer denodado de proseguir pese a todo, de Enrique Amorim, al que nada le salía bien, a quien los que lo apoyaban inicialmente terminaban dándole la espalda, pero que seguía emprendiendo siempre nuevas cosas, hasta el fin de sus días, con mucho entusiasmo y con mucho ánimo juvenil.


Portada de la editorial Alcalá. La que tengo de
Alfaguara  tiene la misma foto en la carátula
(me llama la atención no haber encontrado
nada en internet sobre la edición de Alfaguara)

Que Amorim es homosexual nos lo informa el título del libro, la foto de la portada en la que aparece con Lorca y el llamado marketero de la contratapa: “¿Robó el cadáver de Federico García Lorca su amante Enrique Amorim?...”, “…Enrique Amorim: millonario y comunista, homosexual y casado”. En mi caso, la homosexualidad vende: Compré el libro (una copia pirata que me encontré en Chiclayo, de una edición tan descuidada de Alfaguara, 2012, que me parece increíble que hayan editado algo así, sospecho incluso que los piratas la han tipeado en su integridad) curioso por saber cómo era eso del amante meridional del poeta español.

No hay tanto al respecto sin embargo, solo las historias del mismo Amorim que insinúan ese afecto. Y para probar su homosexualismo, Roncagliolo solo encuentra las cartas inflamadas que el premio Nobel Jacinto Benavente le dirige al uruguayo y la sospecha de que su matrimonio era un arreglo para cuidar las apariencias. No hay más.

Dice también la contratapa “Santiago Roncagliolo desvela la intimidad de los grandes genios del siglo XX, mostrándonos sus celos, rivalidades, amores y miserias como nadie lo había hecho hasta ahora”. Y sí, nos enteramos que Amorim utiliza su poder seductor para figuretear en el jet set del momento, que Lorca era un homosexual hecho y derecho, que Dalí se resistía a ser gay, que Neruda lamentó no serlo... Además de todas las guerras mínimas en el mundillo literario, las enemistades, los insultos, los ataques, las broncas, las rencillas, las maledicencias, las persecuciones, las infamias, las difamaciones, los dimes y diretes.   

Pero no es virtud del libro el darnos a conocer las intimidades de los artistas, por más que la tapa y la contratapa marketeras nos lo señalen. Su gran virtud es la cantidad de información que Roncagliolo derrama deliciosamente para, desde lo que le ocurrió a cada uno de estos artistas mayúsculos, vislumbrar la historia de Europa en la primera mitad del siglo XX: la guerra civil española, la aparición del fascismo, las guerras mundiales, el ascenso del comunismo. Un libro enorme en realidad.

Solo una crítica: demasiadas hipótesis convenientes (v.g. “el lugar y la fecha SUGIEREN que los presentó el mismo Borges” p. 94, ó “es POCO PROBABLE que Amorim sea bisexual” p.95, el resaltado es mío) sin mucha o buena explicación, que por momentos me hizo pensar que estaba leyendo un periódico sensacionalista (muchos “habría”, “podría”, “sería”). No eran necesarias ante tantas fuentes, la historia de Amorim es de por sí sola atractiva.


Cuando vuelas vestido de durazno
Cuando ríes con risa de arroz huracanado
Cuando para cantar sacudes las arterias y los dientes
La garganta y los dedos,
Me moriría por lo dulce que eres,
Me moriría por los lagos rojos
En donde en medio del otoño vives.
Así es la vida, Federico, aquí tienes
Las cosas que te puede ofrecer mi amistad
De melancólico varón varonil
Ya sabes por ti mismo muchas cosas
Y otras irás sabiendo lentamente.

(Oda a Federico García Lorca, Pablo Neruda)



Sobre Lorca escribió un drama Eduardo Adrianzén hace poco que fue puesta en escena por Alberto Ísola. Mi post “Lorca en Lima” se puede leer aquí.



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